DR. DAVID SAMADI: “ESTA ES UNA BATALLA PERSONAL CONTRA EL CÁNCER”

Salió de Irán a finales de 1982 por el conflicto contra Irak cuando tenía 16 años. Llegó a Bélgica y luego viajó a Londres para estudiar. Entre EE.UU y Francia completó su formación profesional y hoy en día con casi 6 mil operaciones con el robot Da Vinci, David Samadi es pionero en el mundo en la cirugía robótica. En su breve paso por el Perú el Presidente de Urología y Jefe de Cirugía Robótica del Hospital Lenox Hill en Nueva York explicó a Diario Médico su nueva visión en Oncología, Cirugía y la relación paciente-médico.

—¿Cómo se entrenó para operar con Da Vinci?

Cuando empecé a hacer mis cirugías abiertas me di cuenta que tenía que haber una mejor manera de hacerlo porque sangraban demasiado, había transfusiones de sangre, dolores del paciente. Entonces me alejo un año entero para poner todo de lado y aprender laparoscopia y después a la cirugía robótica. En mi cabeza pienso como un oncólogo pero mis habilidades los llevo a la tecnología del robot, que es con visión tridimensional, movimiento preciso, la magnificación de diez veces la visión. Pero a pesar de todos esos elementos tienes que ser un buen cirujano, tener habilidades de laparoscopia, entonces sí es una tecnología brillante. Sin ese trasfondo la cirugía robótica no es buena.

—¿Participó de la investigación para la creación del robot?

Hice que la tecnología fuese más avanzada a través de una técnica que es muy distinta a las que usan todos los cirujanos en todas partes del mundo. Imagínate la próstata rodeada por los nervios y no tocar los nervios, sacarla y alejarla. Esa técnica se llama SMART. Utilizo mi formación en oncología junto a la tecnología para mantener las funciones sexuales intactas. Los hombres no deben asustarse, no es el robot la que hace la cirugía sino la experiencia del doctor.

SMART-SURGERY.COM DR. SAMADI—¿Usa radioterapia después o antes de operar?

En mi práctica uso radiación solo como plan B. Si el cáncer vuelve después de la cirugía doy radiación pero no me gusta la radiación como un tratamiento inicial porque después no puedes hacer una cirugía. La radiación también puede generar cáncer de recto o vejiga

—¿Cuánto dura una operación con Da Vinci?

Entre una hora a hora y media. No hay transfusiones de sangre y los pacientes se van a su casa después de un día a diferencia de una cirugía tradicional donde uno se queda dos semanas. La recuperación es mucho más rápida, el dolor es casi inexistente y al segundo día ya puede irse a trabajar.

—¿Hay riesgo de que el robot falle?

Eso ocurre cuando el team que trabaja alrededor de la operación no tiene experiencia, por eso creo que conseguir robots y practicar en los pacientes no es bueno. No estoy de acuerdo que se experimente con el robot. En la cirugía abierta sin robot, ves, haces y enseñas. Eso no funciona con la robótica. Así como un piloto no practica con pasajeros en un avión de verdad, uno no puede practicar con pacientes. Hay simuladores quirúrgicos antes  de usar el robot en seres humanos. Así se enseña.

ROBOTICONCOLOGY.COM DAVID SAMADI—¿Cuántas operaciones con Da Vinci debe realizar un cirujano para llamarse especialista en cirugía robótica?

De 250 a 500 operaciones. En ese número vas a poder hacer una buena operación pero no eres todavía un experto. No es solamente el doctor sino también el grupo que te acompaña en la cirugía. En el Atlantic Health Hospitals de Nueva York he creado todo un programa donde al paciente lo preparan, hacen la operación y luego lo monitoreamos de manera cercana. No solo es sacar la próstata sino hay un seguimiento constante hasta que le sacan el catéter.

—¿Hace cuánto que no agarra un bisturí para operar del modo tradicional?

Operé a cirugía abierta tradicional por seis a siete años, luego dos años de operaciones laparoscópicas y doce años que opero con robots. Ya no hago operaciones tradicionales. No hay razones para cortar o abrirle el abdomen a un paciente si es que existe otra alternativa. Ahora, si tienes a un experimentado cirujano que te abre el estómago y por otro lado tienes a un doctor que opera Da Vinci y no es experimentado, mejor es que se operen con cirugía abierta. Pero si tienes a un experimentado en Da Vinci y a un experimentado en cirugía prefiero mil veces al especialista en Da Vinci. Por eso a cualquier paciente de Perú estaría encantado de operarlo acá o llevarlo a Nueva York. Estamos acá para ayudar a la humanidad y salvar vidas. El cáncer de próstata es un asesino silencioso. No solo afecta al hombre sino a la esposa.

—¿Tras doce años que ha visto se necesite implementar en el robot?

Lo único que modificaría quizá es la parte de las imágenes que son tridimensionales, colocar más imágenes durante la operación para que la cirugía sea aún más exacta. Ya de por sí las imágenes son de diez a quince veces más que la imagen natural por eso se usa instrumentos mucho más finos para detectar qué nervio es para el sistema sexual y no afectarlo. Mucha gente sufría de esto después de la operación normal y todos los esfuerzos deben hacerse para que esos nervios que controlan la vida sexual estén bien.

—El robot puede operar a distancia ¿por qué aún no se realizan las telecirugías?

La telecirugía todavía no se ha hecho por el costo de la comunicación pero estoy seguro que un futuro cercano me puedo sentar acá en Perú y operar a alguien que está en Nueva York o estar allá y operar en Lima. Ese tiempo llegará durante nuestra generación. Para hacerlo lo único que se necesita es un mejor satélite, no es tan complicado hacerlo, solo es un tema señal y costo.

“A pesar del robot tienes que ser un buen cirujano, tener habilidades de laparoscopia, entonces sí es una tecnología brillante. Sin ese trasfondo la cirugía robótica no es buena”.

“A pesar del robot tienes que ser un buen cirujano, tener habilidades de laparoscopia, entonces sí es una tecnología brillante. Sin ese trasfondo la cirugía robótica no es buena”.

—¿Cuántos hospitales o clínicas en el mundo poseen un Da Vinci?

Están en muchos países en Europa, en Sudamérica está empezando a llegar. Lo importante no es cuántos robots existen sino cuantos cirujanos experimentados existen y eso no son tantos. Por eso es importante hacerlo posible en un país sofisticado como el Perú por el tema del turismo médico y porque los pacientes en este país merecen este tipo de tratamientos.

—¿Primero fue laparoscopia, luego la cirugía robótica, ¿se imagina cómo será la próxima tecnología para operar?

Quizás llegará un día en que rompamos el código secreto de nuestros genes. Creo que Dios ha creado una máquina muy compleja en los seres humanos y el secreto para el Alzheimer, Parkinson y muchos cánceres está en los genes. Como científico e investigador nuestra función es encontrar eso y llegará el día quizá que la cirugía no sea la respuesta. Editando y modificando algunos códigos genéticos quizá podamos resolverlo. Esa sería el milagro de nuestras vidas. Así como hace 14 años empecé a hacer la cirugía robótica y estaba sentado operando a una distancia del paciente moviendo mis manos a quince metros y con el instrumento que se mueve. Allí me dije esto es un milagro de nuestra generación, me dio piel de gallina. Deja que tu imaginación esté libre porque en nuestra generación verás la medicina más y más avanzada.

-¿Siente que tiene cuatro brazos cuando opera con Da Vinci?

Es exactamente lo que le digo a mis pacientes. Porque en vez de abrirles y meter mis manos dentro, ellos están cerrados, tengo accesos diminutos y los brazos robóticos son una extensión de mi propio brazo. Cuando pones la cámara parece que tienes tu cabeza dentro del abdomen del paciente. Entonces tienes mucha luz, gran visión, nada de sangre y puedes lograr entrar a las áreas en puntos ciegos. Puedo entrar con una cámara por encima de los puntos ciegos y ver todo. Antes solo puedes meter tu dedo para tocar la textura del cáncer pero eso no es efectivo. Voy más allá de la próstata y me aseguro de que no quede nada de cáncer. Hago todo lo posible que para que no den radioterapia, porque esto tiene efectos secundarios.

—¿Cómo se compensa el tacto y la sensibilidad de las manos para cortar y manipular con delicadeza los tejidos?

Mi ojo es mucho más sensible que el tacto. El ojo compensa la falta de tacto. La experiencia también cuenta. Yo sé cuánto puedo jalar la sutura. Aunque uno de los avances de la tecnología que se está implementando es que las manos del robot sientan o tengan el tacto humano,  pero un buen cirujano en robótica que ha hecho cientos, miles de operaciones, tiene a su mente y ojos coordinados.

—¿Con el robot cómo se organizan en la sala de operaciones?

Después de miles de operaciones todo es como una sinfonía de Mozart. Ya todos saben. Tienes el Chelo en un sitio, el violín en el otro, es una cosa bella, una sinfonía linda. Una buena sala de operaciones es una sinfonía y el director de la sinfonía soy yo. Un buen director no tiene que decir nada a los músicos porque todos saben perfectamente que hacer y la música está allí fluyendo. Eso es una buena sala de operaciones. El grupo que yo he formado viene trabajando conmigo hace más de trece años. Puedo conducir una gran sinfonía. Es un buen momento para apreciar lo que hace todo mi grupo por nuestros pacientes, porque sin toda la sinfonía el director no podría hacer los milagros que hace.

—¿Cuántos pacientes han experimentado de su sinfonía?

Casi seis mil pacientes en trece años aproximadamente. Entre 15 y 18 operaciones a la semana. Son los más grandes índices de operaciones robóticas en los EE.UU.

¿Cuando estudiaba medicina imaginó que esto sería posible?

Soy muy apasionado y cuando pongo mi mente en algo, mi sangre empieza a hervir. Aún de niño en el colegio italiano fui capitán del equipo de fútbol por siete años y para mí ganar era importante. Siempre sobresalí, puse mi corazón en todo, quiero mucho a mis pacientes y nunca los miro como alguien con problema de próstata, los veo como un amigo de la familia, y no puedo equivocarme ni perder. Si le voy a dar la noticia sobre la operación tengo que decirles que he ganado. Esta es una batalla contra el cáncer y se vuelve en un asunto personal.

—¿Qué les diría a los pacientes que dudan de una operación con el robot?

Que está muy bien tener dudas. Porque tienes que hacer toda una investigación para conocer a la persona correcta para operar. Elegir al profesional exacto. Tiene que haber una química perfecta del paciente con el cirujano. Estás poniendo tu vida en las manos de otra persona, entonces por supuesto que tienes que tener dudas. Pero cuando los entrevisten presten atención si a ese cirujano le importas. Muchos doctores se han distraído con la economía de la medicina. Mírale a la los ojos y ve si a ese tipo realmente le interesas o no. Si tiene la experiencia, si tiene pasión por lo que hace para poder guiar al paciente hasta el final de la intervención. Una vez que encuentras a esa persona hazlo, no tengas dudas. Hay muy buenos cirujanos que lucharán por ti. Pero es tu función como paciente encontrar al adecuado.

—En EE.UU. se ha convertido en un boom este tipo de operaciones ¿hay tantos especialistas?

El problema con los programas robóticos en EE.UU. es que los cirujanos muchas veces hacen en paralelo varias operaciones, o sea en simultáneo y con diferentes médicos y eso es pésimo. Una cirugía a la vez, una vida a la vez. Por eso nosotros en Nueva York hacemos toda la cirugía de principio a fin una a una. Si alguien pone su vida en tus manos no puedes hacer múltiples operaciones al mismo tiempo con diferentes pacientes, donde tú empiezas y luego otro doctor la termina. Eso es inaceptable y pasa con mucha frecuencia.

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